Por Recibimos y publicamos
12 Feb 2015
Gomensoro

Este año cumplo 37 años de socio, el mejor regalo de mi vieja cuando cumplí 11 años fue ficharme en 1977 como asociado a mi amado Nacional.

Muchos años de tribuna, la Amsterdam, que en los clásicos era compartida, la barra, los viajes, los títulos de 1980 y 1988, siempre con las banderas, el aliento, en las buenas y las malas.

Soy de los que iba a ver hasta el baby fútbol en la época que el clásico era contra La Rinconada un cuadro de camiseta verde que no sé si existe al día de hoy. De los que iba al básquetbol desde tercera de ascenso y presencié los clásicos en el Parque Central, de seguir a todos lados las formativas, el fútbol de salón, respirar Nacional en la sede en el casín del primer piso con los tacos que usara nuestro doble campeón del mundo Anselmo Berrondo.

El tiempo pasó, las barras se fueron tornando cada vez más violentas, uno forma su familia, te vas corriendo a la Olímpica y te acercás al club. Estuve en muchas comisiones, formativas, socios, fui miembro de la Comisión de Básquetbol que llegué a presidir y un día ingresé en la Comisión Directiva, primero con Ache Presidente, luego Della Valle, luego Alarcón y luego fui nombrado Delegado en la AUF, función que mantengo hasta el presente.

Y en esa apretada historia donde ingresé por concurso en el Banco República, me recibí de Abogado, me casé, nació mi primer hijo el 14 de mayo y luego vino la nena y otro varón, donde también hubo tragos amargos y perdí a mi vieja, me comí el quinquenio y tantas vivencias, un día apareció una propuesta para el Parque Central, donde vi los títulos uruguayos de 1980 y 1983, pero que estaba literalmente en ruinas.

Con la idea de Lavalleja Sarriés, los amigos Morgan, Pablo, Mateo y tantos otros bolsos, largaron un día la utopía, arreglar el parque con el arrendamiento de 26 palcos vip. La verdad es como esas cosas que te dicen un hotel 7 estrellas en Dubai, siento que nunca voy a estar y sin embargo, en el Mercado del Puerto, con mi amigo Alvaro, cuando la venta estaba muy difícil dijimos dale, nos metemos, convencemos unos amigos y tenemos ese sueño de ser parte, lo que finalmente concretamos un arrendamos por 15 años, -luego extendimos 5 más- el palco Nº 25, que le pusimos Atilio García.

Todo lo que disfruté ese lugar es indescriptible, pudiendo además con eso haber reinaugurado nuestro estadio que siguió creciendo, con otra directiva, con otros Arquitectos, no importa, de una manera u otra, con aciertos y errores pero hoy tenemos tras los arcos dos tribunas en excelente estado con la altura de la José M. Delgado que ya tenía 2 bandejas, tenemos 2 bandejas en la Atilio García, el codo, 44 palcos más arriba, las tribunas butaqueadas, las mejoras en general, pintura, accesos, baños, iluminación, en fin, este orgullo de todos nosotros donde disfrutamos cada partido pero que fue reconocido unánimemente también por la AUF y delegaciones extranjeras en cada evento internacional y en particular en el Sudamericano Sub 20 que finalizó hace unos días.

Cómo no emocionarme cuando el 18 de octubre se obtuvo mediante remate una suma de 10 palos verdes, me acuerdo bien lo que costó obtener entre 800 y 900 mil dólares para poder reinaugurar y ahora en un día solo se obtuvo esa cifra. Cómo no acompañar la continuidad de las obras que nos presentaron tan ilustrativamente en la asamblea el Arq. Ricardo Supparo y el Cr.Morgan Martínez, cómo no entender que con el esfuerzo de muchos se puede hacer un gran estadio para todos.

La verdad que me emocionó mucho ver la unidad de la Comisión Directiva, la que me consta que ha tenido momentos ásperos y como todos saben se conforma de dos corrientes que pugnaron por la presidencia en una elección que nos dejó un tanto golpeados. Después de sufrir malas actuaciones, de una libertadores muy mala, de una goleada en contra contra los manyas y tantas otras frustraciones, encontrarnos hoy con este sueño de un Parque inigualable, con la reivindicación histórica del clásico inolvidable que nos regalaron el Chino y compañía, con el título del Apertura y en la puerta de una clasificación esta noche para la que me tengo una fe ciega, quiero mandar a todos un mensaje de optimismo, de que se puede lograr lo que soñamos, con esfuerzo, dedicación, poniendo lo mejor de nosotros.

Nacional nos necesita a todos, aunque tengamos diferencias, no es este un club de ricos y pobres, de populares y elitistas, es el primer club criollo de América donde conviven todos los sectores de la sociedad, donde queda a un lado la diferencia de credo, color, raza, condición económica, política y cualquier otra, cuando juega la blanca somos todos NACIONAL.

En este proyecto para el Parque Central siento esto, no soy un palquista, son un tipo de tribuna, que me gusta ir como estuve el último clásico con mi señora y mis hijos en la Olímpica festejando hasta las lágrimas los goles de Papelito y Recoba. Sólo fui palquista cuando sentí que Nacional lo precisaba y yo podía hacer un enorme esfuerzo para sumar a algo de todos. Miren que hay muchos así, tengo muchos amigos que compraron así, juntándose, con esfuerzo, para estar y aportar y por qué no, también disfrutar como nos merecemos.

Un abrazo

Javier Gomensoro


Taludistas

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