El que nace para pito

Nuevamente un presidente de un cuadro chico -lo de "en desarrollo" o "menor" es un verso, son chicos- se queja de las localidades del GPC y alimenta la violencia.

Lo de Curutchet, Jablonka y el resto de los presidentes de equipos chicos de Uruguay ya no admite ni siquiera consideración. Cada vez que escucho por parte de integrantes de otros clubes -ya sea dirigentes o hinchas- e incluso de algún periodista, la cantinela del favoritismo hacia los grandes o, en casos como este, la exigencia de que las cosas sean como a ellos se les ocurre porque Nacional es un club "grande", no puedo evitar el recordar una anécdota de John Lennon.

En cierta ocasión, en los primeros años del fenómeno "Beatle", un periodista le pregunta a Lennon -por enésima vez- acerca de la razón del nombre de la banda. Lennon, harto ya de explicar una y mil veces lo mismo, contestó que, en pleno proceso de búsqueda de un nombre, se les apareció un duende que, simplemente exclamó "desde hoy seréis Beatles". Esto parece que es lo que creen que le sucedió a Nacional todos aquellos que se agrupan bajo otros colores. Es como si una aparición hubiera manifestado, de buenas a primeras "desde hoy seréis grandes".

La grandeza de Nacional se forjó a partir de triunfos y la adhesión y el apoyo de la gente se generó a través de la empatía que despertaba el cuadro de "los nacionales". Todos, Danubio, Defensor, Central, Liverpool, River, Racing, Boston River y Oriental de La Paz, partieron con las mismas posibilidades de edificar su grandeza. Seguramente la frustración por no haber podido consolidarse ni deportiva ni socialmente, lleve a estos clubes a tirar piedras contra Nacional.

Es imposible -y casi diría que hasta indigno proviniendo de parte de gente con cierta investidura- el considerar que con declaraciones de este tipo no se está contribuyendo a crear un clima hostil y adverso, con el apoyo de algunos sectores de la prensa que parecieran considerar que es más importante vender un ejemplar más que evitar una desgracia. El hincha -y el de Nacional por sobre todos, ya que fuimos quienes creamos, no sólo la palabra, sino la descripición de ella- es pasional, y en los tiempos que corren -más que hace 70 u 80 años- la pasión puede caer en un desenfreno. Desenfreno que, por otra parte, estaba marcando un saludable retroceso en el comienzo de este campeonato.

Pues parece que, el vivir en paz -o al menos intentarlo- no está en los genes de algunos. Los tricolores demostraremos, una vez más, que estamos dispuestos a hacer los esfuerzos necesarios por conciliar y no responder con violencia los agravios que, tan sueltos de cuerpo, nos prodigan estos personajes.

Es bueno recordar que, hace bien poco, tras la protestas en la primera fecha por parte de Defensor, desde Nacional -por boca de su secretario general, Claudio Puig- se reconoció que el sistema de seguridad -implementado a partir de las solicitudes del Ministerio del Interior- no era el más adecuado, que el club reconocía que estaba en el debe en esta materia, pero que ya estaba pensada la implementación de una solución acorde a partir del nuevo plan de obras del GPC, proyecto que, casualmente habrá de ser presentado mañana. 

Pero parece ser que mejor que esperar, aceptar y contribuir, es ensuciar el nombre de la institución que gestó y participó en todas las victorias del fútbol uruguayo. Lindo reconocimiento en este mes, en el que se recuerda lo que es capaz de hacer Nacional por el fútbol uruguayo.

Ernesto Flores

decano.com